Las pelotaris, Iera Agirre y Natale Aranburu, dan una visión positiva sobre ser pelotari siendo mujer. El futuro es prometedor, las cosas están cambiando. Todavía queda trabajo por hacer, pero el camino lo tienen claro: trabajar mucho en las escuelas de pelota para que la cantera sea cada vez más grande. Las más jóvenes también pueden ayudar animando a las más pequeñas a disfrutar de este deporte y, así, ir abriéndose camino en él.